La primera vez que conoció el sistema le voló la cabeza y, a la vez, le generó una enorme frustración. Tenía cinco años y uno de sus amigos le contó lo que sus padres le iban a regalar para su cumpleaños. Al principio realmente no lo podía creer, pensaba que no era posible. Claro, genoma , ADN , y cromosomas no eran conceptos que un chico de su edad ni siquiera hubiera escuchado con frecuencia. Muchísimo menos la idea que pudieran ser reorganizados a voluntad mediante un procedimiento externo y que esta reorganización podía, incluso, convertirte en otra cosa, en un ser vivo de otra especie. Y que encima el procedimiento pudiera ser reversible era ya, directamente, cosa de un dibujo animado. Pero no, aparentemente era real y los padres de su amigo le habían regalado para su cumpleaños una semana de vida de perros, lo llevarían a un lugar donde una máquina reordenaría sus genes, cambiaría las secuencias de su ADN (eso le dijo, “secuencias de su ADN”, como si él entendiera de lo que habl...