- No debo pensar que el alambre mide apenas una pulgada de diámetro. No; es más ancho que la 9 de Julio, sólo que yo quiero caminar justo por el medio. Eso, soy yo el que quiere caminar justo por el medio, pero el alambre es ancho, bien ancho. A ver, un paso corto...ya está, justo por el medio, mirá que soy caprichoso, ¿eh?. Otro paso, pero no tan corto, a pasos más cortos, camino más largo, je. Otro más, cuando termine con esto me dedico a escribir frases célebres, a pasos más cortos, caminos más largos, je , soy un poeta...Otro paso más, vamos que ya estoy avanzando. Están todos callados...mmm, me parece que están más asustados que yo. Si, están mucho más asustados que yo. Otro paso. ¿Cómo van a estar más asustados que yo, que soy el que se va a caer de treinta metros de altura y sin red? La boca se te haga a un lao’! Ni mencionar esa palabra maldita. Huy, murmullo, se dieron cuenta que dudé. ¡Guachos! cómo les gustaría que...No, ni pensarlo. Otro paso. Tranquilo, tranquilo, mente en blanco. Volvamos a la 9 de Julio. No hay nada alrededor. Sólo la línea plateada en el centro de la avenida, justo en el centro. Foco. Sólo se ve esa línea. No hay nada alrededor, no hay arriba, no hay abajo. Enfocate. Hay sólo una línea y yo quiero caminar por esa línea. Otro paso. A ver, un paso más, es fácil. Concentración, ritmo, respiración. Otro paso. Puta que lo hicieron largo este alambre. No, no es un alambre, es la 9 de Julio. Otro paso. Ups, empecé a transpirar mal. Esa gota que baja por la nariz me está jodiendo la vida. Le tendría que haber hecho caso, me tendría que haber puesto la vincha. La puta madre. Justo ahora me vengo a dar cuenta. Por qué seré tan terco. Otro paso. Esa gotita sigue bajando y yo pensando en que en el fondo ella tenía razón y que soy yo el necio que nunca escucha a nadie. Otro paso, ya está, la soplo y sale volando. Huy, mirá como cae. ¡No! No cae. No mires. No hay nada, la 9 de Julio. Foco. La 9 de Julio. La línea en el centro. Puta, te das cuenta, un segundo que pensás en esa tipa y casi se va todo a la mierda. Ja, como en la vida real. Entra esta mina y tu vida al carajo. Sale esta mina y tu vida al carajo. Y vos firme, siempre para adelante. Eso. Para adelante. Otro paso más. Vamos que ya pasamos la mitad. Falta poco. Otro paso. Otra gota, la gran...Foco. No me importan las gotas. No me importa nada. Solo veo para adelante. Estoy a la mitad de la 9 de Julio. Está la línea en el centro. Quiero caminar por el centro. Soy así de caprichoso. ¿Y qué? ¿Alguien me puede decir algo? ¿Alguien quiere venir y caminar conmigo por la 9 de Julio para decirme algo? Otro paso. Ya falta muy poco. Otro paso. Foco. La línea del centro. Ya falta poco...
Un día el algoritmo decidió que yo era una señora mayor, de entre los setenta y cinco años y el ya no me importa nada, de esa franja etaria en la que se baja el ritmo, se contempla más de lo que se actúa y se duele más de lo que se disfruta. Yo sé que suena a cliché, pero parece que los algoritmos también se nutren de los prejuicios, costumbres y visiones generalizadas. Y no es que yo pensara o viviera como una señora mayor, no no, yo no tenía nada que ver con eso, no era señora ni mayor y seguía con mi vida habitual y sin la menor intención de cuidar nietos. Pero por alguna razón el algoritmo empezó a mostrarme otros contenidos. No ya los que compartían mis amigos, casi muy pocos de los que generaban mis contactos pero muchos de los que se convenció iban a ser de mi interés. Y no fue en una sola red sino en todas las que frecuentaba. No sé muy bien en cuál empezó pero casi al instante todas estaban mostrándome contenidos similares, como si trabajaran coordinadas o detrás de todas estu...