—El problema son las esporas, son radioactivas y vaya Dios a saber qué más y no paran de caer, llevamos seis meses en esta puta colina y no parece que vaya a cambiar. Todos los días salgo a tomar muestras, todos los días tengo una lluvia de esporas sobre mi cabeza, todos los días me expongo a riesgos que ni siquiera podemos calcular.
—Bueno, de eso se trata el trabajo, cuando aceptás una misión de exploración y reconocimiento básicamente estás aceptando correr riesgos que ni siquiera se pueden calcular a priori…
—No, no esto, no estar meses y meses bajo una lluvia de esporas radioactivas, para esto era preferible que mandaran sondas y robots.
—Ya los mandaron, nosotros somos la segunda ola, detrás nuestro vendrán los científicos y, si todo sale bien, los mineros y sus máquinas.
—¿Y cómo mierda creen que todo puede salir bien si no para de llover esporas?
—Hasta ahora no han podido comprobar que causen otro problema por fuera de la radioactividad, y los trajes son suficiente protección.
—Para vos siempre todo está bien, ¿no? Claro, vos te quedás en la estación monitoreando todo en un ambiente seguro, no ponés el cuerpito afuera expuesto a lo que sea que está en el ambiente y te lo aseguro, algo está mal en este ambiente.
—No, yo me quedo a monitorear porque ese es mi trabajo y vos salís a tomar muestras porque ese es el tuyo, pero que yo no me queje no es porque me quede en la estación sino porque después de haber estado en más de trescientas misiones en veintitrés planetas distintos una lluvia de esporas no me genera un ataque de pánico.
—Yo no tengo un ataque de pánico.
—…
—Yo no tengo un ataque de pánico.
—Es una manera de decir que estás exagerando la reacción, ¿cuántas veces hemos hablado en los últimos meses del tema de las esporas? Pasa el tiempo y parece que se convirtió en una especie de obsesión, parece que todo lo que existe fueran las esporas.
—No estoy exagerando nada, yo también tengo experiencia en misiones aunque haya estado en algunas menos que vos, pero esa diferencia no te da derecho a la soberbia. Y no es una obsesión, ni tampoco es pánico, te digo que algo no está bien en este ambiente, que no lo soporto más, que no lo puedo soportar más.
—Nos quedan seis meses de misión, empezá a amigarte con el ambiente porque vas a tener que soportarlo.
—¿Y por qué no te amigás vos? Salí vos a tomar muestras y yo monitoreo, con la ayuda del computador central no puede ser tan difícil…
—No estás capacitado y sí, el manejo del sistema es bastante complejo.
—No creo, si un inútil como vos lo viene haciendo no puede ser tan complicado.
—Voy a hacer como que no escuché lo que dijiste y ponerlo sólo como un síntoma más de tu ataque…
—¿Otra vez con lo del ataque de pánico?
—…
—¿En serio, otra vez?
—Vamos a dejarlo acá. Andá a hacer ejercicio o a lo que sea que hagas que te tranquilice y yo voy a terminar con los reportes, no quiero que esto termine mal, somos los únicos operarios en esta base y nos quedan muchos meses juntos.
—No, esto no termina acá un carajo. Ahora mismo me vas a pedir disculpas por lo del ataque de pánico y las obsesiones y la falta de experiencia y todas las pelotudeces que dijiste para basurearme, porque hace meses que te escucho basurearme.
—Nunca dije pelotudeces y, por supuesto, nunca dije nada para basurearte. Entiendo que el aislamiento es difícil y por eso no voy a reportar tu conducta pero estás exagerando por completo tu reacción y yo estoy empezando a perder la paciencia. Me parece que no hace falta que te recuerde cuál es nuestra relación jerárquica.
—¿Sabés lo que me importan las diferencias jerárquicas? ¿Querés explicarle las jerarquías a este pico? Tomar una muestra de tu cerebro no me parece muy difícil…
—Si entendieras las diferencias jerárquicas no haría falta explicarte por qué vos tenés un pico para tomar muestras y yo una pistola de protones. Retrocedé tres pasos y bajá ya el pico antes de que esto termine realmente mal.
El disparo se produjo en el exacto momento en que el pico se hundía en su cerebro. Unos treinta minutos después el computador central de la base envió al control de misión el siguiente reporte:
“Misión Esporas, día 2553. Se repite resultado negativo. Sujetos 34 y 35 muertos por descontrol emocional seguido de violencia física. Robots enviando muestras de tejido para examen y eliminando restos. Base acondicionada para recibir a sujetos 36 y 37”.
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