Es de noche y estoy cansado. Subo al taxi. El tachero ni gira la cabeza, apenas alza los ojos y me mira en el espejo. No habla. Espera mi indicación. - Balcarce e Independencia, por favor. Arranca. No alcanza a avanzar tres metros que empieza con su discurso. - Calor, ¿no? Pleno agosto y este calor. Es una locura. Uno ya no sabe que pensar. Un día calor, al otro día caen piedras grandes como sandías, al otro un frío polar. Salís a la mañana y te abrigás porque si no te morís de frío. A las diez de la mañana no sabés qué hacer con toda la ropa que te pusiste del calor que hace. El mundo se va al carajo y por algún lado explota. Todo este quilombo es por algo. El hombre jode y jode y jode y por algún lado el mundo explota. La naturaleza te pasa la factura. Es una cuestión de equilibrio. No puede ser todo gratis, en algún momento se paga. - ¿Le parece? No creo que haya escuchado mi pregunta, pero igual sigue. - El mundo está dado vuelta. Mucha joda en todas partes. El hombre meta bo...
No importa quién seas. No importa qué hiciste. Son sólo los textos, las palabras.