Ir al contenido principal

Ruego

-¿Puedo disponer de mi tiempo?
¿Puedo manejarlo?
Digo; ¿puedo hacer que mi tiempo retroceda aunque sea sólo una vez?
¿Puedo, Señor?
Como ves, no es mucho lo que pido. No Te pido que salves mi alma ni que protejas mi salud ni nada más importante. No quiero que cambies el mundo; es más, ni siquiera se me ocurre pensar en pedirte que me expliques por qué hiciste lo que hiciste con Tu Creación. Yo sólo quiero que me permitas volver en el tiempo una vez, sólo por un momento, nada más para verme en sus ojos verdes como aquella noche; nada más para decirle todo lo que callé.
No pido demasiado. No es mucho para alguien como Tú, que todo lo puedes. Es sólo un momento y nada más. No quiero que la convenzas de nada, ni que le expliques, ni que le cuentes. Yo sé que si me viera vendría conmigo sin dudarlo. Yo sé que si volviéramos a ese momento los dos actuaríamos de otra forma.
¿Es tanto lo que pido?
Además, ¿no lo merezco acaso?
He sido bueno. No he robado. No he matado. Nunca perjudiqué conscientemente a nadie. Nunca deseé el Mal a nadie. Yo sé que algunas mentiras dije, pero ya he pagado por ellas. Yo sé que he deseado algunas mujeres que no debía, pero ninguna podrá decirte que la he maltratado. He sido bueno, realmente. Nunca hice nada que pudiera dañar a alguien más que a mí. Tú lo sabes; Tú me conoces. Nunca sentí envidias ni odios. Toda mi vida he sido un buen creyente. Te fui fiel siempre y nunca Te pedí nada. Ni siquiera cuando se fue. Ni siquiera cuando entendí que vivir sin ella era posible pero absurdo. Nunca Te traicioné, ni siquiera para tomar mi propia vida que sé Tuya ¿Es que todo esto no merece alguna recompensa? No quiero el Paraíso. Te lo cambio. Te cedo mi lugar junto a Ti para que con él recompenses a algún otro. Te cambio la Eternidad por dos minutos de su perfume; ¿es realmente tanto pedir?. Sólo te pido eso: dos minutos; volver atrás unos años y disponer de dos minutos. ¿Es que acaso el tiempo Te preocupa? ¿Es que debo creer en la reencarnación y esperar a otra vida? Cientos de años son demasiados para mí; ¿son dos minutos tan importantes para Ti que no puedes regalarlos?
¿Puedo, Señor?
Porque si no puedo hacer algo tan simple, ¿cómo esperas que pueda seguir con cosas mucho más complejas como creer en Ti?

Entradas populares de este blog

La secuencia

Recuerdo perfectamente cómo empezó ese día, aunque no recuerdo qué es lo que hizo en ese momento que lo recuerde. No es que haya sido algo extraordinario, pero fue como si por alguna razón los acontecimientos cotidianos cobraran una relevancia nunca antes alcanzada. Está bien, no es que fuera un día más, pero tampoco puede decirse que no fuera el corolario lógico y esperable de todo lo que había sucedido en los últimos cinco años. La imagen es la de un rodaje que comienza en el momento en que alguien grita ¡Acción! y entonces se dispara la secuencia. Como si todas las cosas de la Creación estuvieran acomodándose en su lugar exacto para originar lo que vino, como si todo empezara a encajar en un guion establecido de antemano por una mente perversa. Y es que no puede dudarse de la inteligencia del guion. Y tampoco de su maldad. La vida tiene un equilibrio increíble. Como en los juegos de un dominó gigante, cada pieza encaja con la que la precede y determina la que le sigue. Si cambiamos

La vida puede ser muchas cosas

La vida puede ser muchas cosas. Pude ser corta o larga, puede ser variada, monótona, aburrida, excitante y hasta impactante. Pude ser simple o compleja, dinámica, cambiante, alegre, sorprendente, asombrosa. A veces previsible, llana, tranquila; a veces extraña, anodina, difícil. Es misteriosa, insondable, inabarcable y a la vez frágil, débil, huidiza. Es luminosa, diáfana, transparente, oscura, intrincada, complicada. Puede ser sagrada y prosaica, inmaculada y hasta escatológica. Puede ser caprichosa, seductora, atractiva, sincera y traicionera; colorida, urbana, rural y solitaria. Es aleccionadora y ejemplar. Es olvidable, desperdiciada. Puede ser gigante y pequeña, única y recurrente, poderosa, incontenible. Puede ser monacal, enclaustrada, ermitaña, libre, abierta, sociable. Puede ser creativa, riesgosa y hasta inconsciente. Puede ser paranoica, obsesiva, mutante, cambiante, evolucionada. Puede ser tradicional y conservadora, exitosa, esplendorosa, fracasada, egoísta, enferma, resen

Túneles

Se conocen desde siempre, aunque nadie les presta demasiada atención. Es como esos viejos tíos molestos y antipáticos, todos saben que están, pero nadie los visita. Dicen que los hicieron en la época de la colonia, que se usaban para contrabandear mercaderías pasando por debajo de la aduana y que por eso tienen diferentes entradas en la zona a la que llegaba el río antes de que Buenos Aires fuera moderna y se expandiera incluso sobre tierras ganadas al agua, como si no bastara la pampa infinita para crecer hacia el oeste o hacia el sur o hacia el norte. Algunos libros antiguos tienen su traza, pero nadie puede asegurar que sea realmente la correcta porque nadie los recorre en estos días y, por supuesto, a los contrabandistas de antaño no les interesaba documentar con precisión formal su existencia. Y si las entradas están en varios puntos cercanos al río, las salidas son un poco más misteriosas ya que hay varias que quedaron enterradas bajo los nuevos edificios y algunas que aparecen e