Hacía ya trescientos años que la humanidad había solucionado el problema de la superpoblación. Cuando los adelantos tecnológicos lograron que el hombre viviera entre quinientos y seiscientos años, el problema de la falta de alimentos y, sobre todo, de espacio se había convertido en acuciante. Hubo muchos intentos de solucionarlo y ninguno había resultado eficaz hasta que la Corporación Planetaria Gobernante, el organismo que tomaba todas las decisiones del planeta, finalmente encontró la mejor, más justa y eficaz manera de solucionarlo. Construyó una supercomputadora (súper por su capacidad de procesamiento, aprendizaje y respuesta, no por su tamaño ya que cabía en la cabeza de un alfiler) que tomando en cuenta infinitas variables entre las que se contaban antecedentes, actualidades, perspectivas futuras y merecimientos decidía qué personas debían morir cada año para mantener el equilibrio y la prosperidad del planeta. El software que realizaba el cálculo, al que llamaron MAAT (Mé...
No importa quién seas. No importa qué hiciste. Son sólo los textos, las palabras.