Su muerte se publicó en un diario pero no fue una noticia, apenas un pequeño texto en los avisos fúnebres. Antonio Douglas falleció de muerte natural a los 92 años y sus familiares lamentaban su partida y rogaban por el eterno descanso de su alma. Era sólo un aviso en el mar de avisos similares anunciando la muerte de otras personas ese día, un día más. Nada decía el aviso acerca de que quien había muerto era el primero y tal vez el único ser humano que había descubierto la forma de viajar en el tiempo, ni acerca de que había utilizado su invento cada día de los últimos sesenta años, sin dejar pasar uno solo. Antonio era físico y casi por casualidad, mientras investigaba modelos matemáticos basados en la teoría de cuerdas, había encontrado la manera de utilizar agujeros de gusano para viajar no a través de grandes distancias físicas sino a través del tiempo, entendiéndolo como una dimensión del universo. Antonio utilizaba su descubrimiento para hacer un túnel que le permitía desplazars...
No importa quién seas. No importa qué hiciste. Son sólo los textos, las palabras.