La escena es bastante sencilla de imaginar. Todo transcurre en el consultorio del Terapeuta, con dos personas sentadas frente a frente escritorio de por medio. En algunos casos, las dos personas son el Terapeuta y la Madre. En otros, el Terapeuta y la Hija, aunque no es necesario que fuercen la imaginación para crear las caras de la Madre y de la Hija; bastara con saber que ambas pueden representarse como la misma mujer que cambia su gesto al pasar de una a la otra, de un rictus afectado de forzada simpatía a un rostro huidizo de exagerada timidez. - Dibujá una casa La Hija toma el papel y hace un dibujo pequeño en la parte inferior de la hoja. Cuando termina hace un gesto como para devolver la hoja pero se detiene y pregunta – ¿Esta bien así o hago más? - Como vos quieras. Entonces la niña duda un momento, lo piensa y vuelve a comenzar. - ¿Y de chica como era? - No sabe, era tan buenita. Así como la ve ahora, un bebé que casi no lloraba, que no se fastidiaba por nada. Casi le...
No importa quién seas. No importa qué hiciste. Son sólo los textos, las palabras.